17 十二月, 2017

Agrupación “Doña Ismenía” aporta al desarrollo cultural de El Callao

***Con doce años demostrando el talento y la pasión por el tradicional calipso, esta talentosa agrupación ha manifestado su compromiso en distintas actividades culturales del territorio nacional


Omar Vidal
Ciudad Orinoco
El Callao/Bolívar.- La Fundación Agrupación Cultural “Doña Ismenía”, tiene doce años aportando al desarrollo cultural en el municipio El Callao del estado Bolívar, demostrado en  las actividades culturales efectuadas  en el territorio nacional, gracias a las invitaciones del Ministerio del Poder Popular para el Turismo y otras instituciones .

Ubicados en la calle Roscio con calle Bolívar casa número 1 de El Callao, la conocida agrupación de calipso, posee taller de diseño y confecciones de fantasías, trajes de madamas, medios pintos, mascaras, entre otros disfraces que por muchos tiempos han mantenido las tradiciones.

Orgullo
Doña Carmen Ismenía Cabello de Báez con 85 años de edad, fundadora de esta gremio cultural, expresó sentirse orgullosa de formar parte de la cultura callaoense, llevando el calipso por toda Venezuela, donde los pueblos sienten el ritmo como parte de un trascendental herencia de muchas épocas, que hicieron vida en las familias del sur del estado Bolívar.

“Dedicarme doce años al calipso tradicional de El Callao, es uno de los acontecimientos más importantes en mi vida y en mi familia. Tenemos que agradecer a todos eso actores que han formado parte de nuestra agrupación, hoy podemos decir que nos sentimos orgullos de llevar el único y mejor ritmo del mundo, como lo es el calipso”, alegó.

Importancia
Asimismo resaltó la importancia de mantener vivas las tradiciones de El Callao, como el calipso de contenido, para resaltar las costumbres que desde  época  muy remotas han otorgado ritmo y mucha fama las agrupaciones de calipso del estado Bolívar en Venezuela.  

“Actualmente tenemos que darles la verdadera importancia al calipso de El Callao, que radica en mantener y crear  piezas musicales con contenidos tradicionales, para llamar a la concientización  de la sociedad actual, y resaltar  todo lo maravilloso que posee nuestro estado Bolívar “, agregó.

Segunda producción discográfica
Por su parte Betzi Báez presidente de la Fundación Agrupación Cultural “Doña Ismenía”, informó que  poseen la segunda producciones discográficas con nueves temas musicales, donde el CD será bautizada éste mes de diciembre, con grandes expectativas para los seguidores de este conjunto musical de calipso.

“Ya tenemos listo nuestra segunda producción discográfica, donde sonaremos nueves nuevos temas musicales inéditos como: Isidora, Jump doit Jump, Popurrí Tradicional 2, Boca, Rosalía y Talentos de Oro como tema promocional,  para el deleite de todos nuestros seguidores”, resaltó.

Invitación
Del mismo modo, extendió la invitación a todos los seguidores de las fiestas carnestolendas de El Callao, para adquirir la nueva producción discográfica que saldrá a la venta al final de diciembre y estará disponible en los carnavales 2016 y puedan disfrutar de los nuevos temas musicales.

“La invitación es para todos aquellos venezolanos que visitan a El Callao, a adquirir nuestra próxima producción discográfica que tendrá buenos temas musicales, resaltando las tradiciones de pueblo callaoense, llenos de coloridos y con el apoyo de sus entes locales”, destacó.


Falta integración
Por otra parte Julio Báez músico y cantante de la agrupación, hizo un llamado a la integración entre las agrupaciones de calipso de El Callao en las fiestas de carnavales, para demostrar a los turistas que existe la mancomunidad entre las comparsas, que hacen posibles las festividades todos los años para Venezuela y el mundo.

“Uno de los aspectos que debemos demostrar entre las agrupación de calipso que salimos todos los años, es la integración entre las comparsas en El Callao que no contamos con suficientes recursos, para cubrir gastos de sonidos, siendo unos de los aspectos más costosos”, indicó.

Apoyo gubernamental
Báez reconoció el apoyo gubernamental que todos los años reciben en beneficio de las comparsas, como el otorgamiento de recursos económicos y el duplicado de la primera producción discográfica con 150 ejemplares por la Gobernación del estado Bolívar, para el mantenimiento y rescate de las tradiciones que caracteriza a El Callao como el centro cultural en las temporadas carnestolendas.

“Uno de los beneficios que hemos recibido y agradecemos grandemente, es el apoyo de la Gobernación del estado Bolívar, quienes sus representantes  han otorgado algunos recursos y apoyo en nuestra primera producción discográfica bajo el tema promocional “Reina de Carnaval”, recalcó.

Carnavales 2016
Pomis de Morao vice-presidenta de la Agrupación Cultural “Doña Ismenía”, aportó que ´para los carnavales 2016, se tiene establecido la participación de la comparsa, donde se estará interpretando los temas de la nueva producción discográfica y recorriendo las calles de El Callao, acompañados de todos los habitantes y turistas que acostumbran asistir a las fiestas de carnavales.


“Para los carnavales 2016 seguiremos recorriendo las calles de El Callao, pero con nuevos temas musicales, nuestra comparsa contará con nuevos trajes, disfraces alusivo a las arañas que ya estamos en la confesión y diseño de los mismos”, finalizó.

17 十一月, 2017

Upata posee memoria de una ciudad

*** La hermosa Villa de San Antonio de Upata, nacida de las manos de los misioneros capuchinos catalanes un 7 de julio del 1.762, es mucho más que un red de urbanizaciones cruzadas de calles y avenidas; donde se encuentran unas tres plazas, algunos parques , centros comerciales y establecimientos  de servicios




Omar Vidal
Upata.- La  conocida Villa del Yocoima es más que una arquitectura; es su gente. La gente que la ha habitado desde su nacimiento.La gente son el aliento  de la ciudad; su alma; su razón de ser. Los que ya no están y  los que hoy transitan sus  calles, disfrutan estos parques y habitan estas casas con memoria de una ciudad.

Una ciudad sin habitantes es un cementerio de concreto en espera que la mano del tiempo la borre, como ha ocurrido durante siglos con aquellas que  quedaron desiertas. Ninguna otra ciudad lleva el nombre Upata.; solo ella es dueña absoluta de este nombre. Nombre indígena que significa “Mi tierra o lugar que habito”. Es una denominación  profundamente íntima, individual; inmensamente evocativa, como un derecho irrenunciable del espíritu.

Así lo dio a conocer el maestro Ángel Romero Cabrera cronista de Upata, quien con sus mejores expresiones por la actual ciudad de Upata, aseguró  que “Upata se acunan los recuerdos infantiles; los sueños de adolescentes; los triunfos de la adultez;  los sinsabores y alegrías de la vida de tantas gentes. Su sola remembranza nos transporta y seduce. ¡Cuántos cantos ha inspirado a sus músicos y poetas! ¡Cuánto  lirismo desbordante  se tejen en su historia romántica! ¡Cuántos aplausos Tributados a sus representaciones teatrales! ”.
Upata necesita
Romero destacó que actualmente la ciudad de las mujeres bellas ha cambiado considerablemente. Cada uno desde su vocación personal de servicio ha contribuido para que el antiguo pueblecito capuchino se haya convertido con los años en la tercera ciudad del estado Bolívar. Pero a pesar de este progreso Upata no está a la altura de sus aportes ni crece al ritmo de las ciudades del estado que le anteceden.

“Upata ha venido creciendo más lentamente que Ciudad Bolívar y Ciudad Guayana; reclama repavimentación de sus calles; instalación de nuevos servicios médicos; de una educación más dinámica y eficiente a la altura de las demandas estudiantiles; de creación de nuevos parques internos en sus diferentes barriadas; de mejores prestaciones de los servicios públicos”, dijo.

El cronista resaltó la necesidad  de instalar una  imprenta propia donde imprimir se acervo literario y editar su propio periódico,de manera especial, construir un Archivo Histórico; un espacio para la memoria, donde su gente pueda disfrutar de sus acervos musicales y poéticos.

 “Los que habitamos esta hermosa ciudad sentimos la necesidad de observar sus obras plásticas tradicionales; revisar los documentos fundamentales de su historia y compilar en videos las imágenes de su acontecimientos. Porque una ciudad que no guarda y aprovecha las experiencias de su historia tiende al extravió, al estancamiento”, agregó.

Su gente
Destacó que el alma de esta ciudad es su gente que traza planes celestes; remonta vuelos a las alturas para encontrarse con la deidad suprema; es ciudad religiosa que plasma sobre avenidas  de asfalto calles de oro. Calles divinas que percibe en las letanías de sus iglesias; de cualquier iglesia.

“Su gente es además creativa; es artista. Se cubre en música,  poesía, prosa, teatro, danza,  y en artes plásticas de tarde en tarde; cuando la luna llena adorna su cielo estrellado y las musas convidan a crear. La ciudad necesita crear para poder vivir, su espíritu trasciende lo cotidiano, lo banal y lo simplemente mortal; la urbe no quiere  morir, desea eternizarse y preservarse para las generaciones posteriores”, recalcó.
 El  historiador aseguró que Upata es también un poco de mitos, cuentos de aparecidos y ánimas en penas; de relatos exagerados vendidos por verdades. Asimismo afirmó que los habitantes de una ciudad como Upata, perciben la magia y transmiten su tierra desde las fantasías con una fuerza interior que se aferra a las visiones espirituales sin las cuales la vida no sería, sino una realidad triste y animal.

“Pero la ciudad no se mendiga, se construye con el aporte de sus ciudadanos; los que gobiernan y los conviven en ella... Además de voluntad hay que diseñar e implantar planes concretos y diversos que nos conduzcan a la ciudad que realmente merecemos tener. Una ciudad a la que le corresponde un progreso real en virtud de los aportes que ha dado a la región. La ciudad; “la tierra que habito”, está solicitando de su gente el mayor de los esfuerzos para no sucumbir”, alegó.

Aseveró que la Villa del Yocoima parece emergida de un sueño selvático. Surgió de los montes sureños entre murmullos de rezos capuchinos; se transformó en cuartel piarista; en capital del oro; en parnaso guayanés; en armonía musical; en  las prosas de un libro evocativo, convergiendo familias de todas las razas europeas, cuando la mayoría de los pueblos interioranos de Venezuela padecían la ignorancia total.

Huellas históricas
En el caso histórico de la villa de las Sietes Colinas han desaparecido las huellas históricas, que por mucho tiempo fueron memoria para recordar su origen donde existieron casas originales construidas durante las colonias. En 1.862 la urbe fue reconstruida durante la administración de Don Pedro Cova, las viviendas cercanas a la Plaza Bolívar como la Casa del Balcón, la Casa Verde, La Casa de la Cultura “María Cova Fernández”, son de esa época mayormente conservadas en nuestros días en la calle Sucre.

Según documentos del registro subalterno de 1862, dichos bienes pertenecieron al ilustre prócer General Tomás Gutiérrez, destacado percusionista de la Batalla de San Félix. Posteriormente la Casa verde pasó a manos de Don Berardo Lezama, heredado por sus familiares. Luego la municipalidad declaró estas instalaciones como patrimonio cultural del municipio, para restaurarla y crear el archivo histórico de la ciudad. Para 1.995  la Casa de la Cultura  fue adquirida por la familia Alcalá, restaurada  y entregada en comodato a la Asociación Casa de la Cultura “María Cova Fernández”.

Al norte de la plaza en la calle Bolívar,  se encontraba la casa de la azotea. Allí funcionó antiguamente el Concejo Municipal y la policía. El edificio fue adquirido por el conocido comerciante  Ortega, reconstruyendo totalmente y modificándose en parte su vieja estructura colonial. Originalmente la casa perteneció a la familia Lezama, de las más antiguas de la ciudad. 

En el actual y moderno centro comercial Anakaro se encontraba el edificio ortega, antigua casa de la azotea. En el territorio de la existente Unidad Educativa Nacional Santiago Mariño, funcionó para el siglo XIX,  el negocio de víveres de Don Antonio Rodríguez, padre del desaparecido y eminente Hijo Ilustre de la Ciudad  Doctor Carlos Rodríguez Jiménez,

 La vigente Iglesia Parroquial de San Antonio de Upata, construida por los hermanos capuchinos catalanes en 1.762. Este edificio religioso  ha sufrido tantas modificaciones que es difícil compararlo con el de su origen. Su última y significativa trasformación la sufre en 1.962 cuando, por motivos del Bicentenario, es radicalmente trasformada en honor a San Antonio de Padua, clérigo portugués  de significativa importancia en el santoral católico. En su honor, cada 13 de septiembre, día de su muerte, se realizan las procesiones de San Antonio.  

En el municipio Piar  existen otras construcciones católicas. En El Manteco se encuentra la Iglesia de Santa Teresita, construida en la segunda década del XX.  Además de las Iglesias católicas, se levantan  edificaciones representativas de las diversas hermandades evangélicas como congregaciones de la Iglesia de Dios Pentecostal: Iglesias Bautistas Cristo Salva en distintas comunidades, anglicanas, Adventistas, Testigos de Jehová y  Mormones, fundamentalmente.


Historia del periodismo en Upata necesita conocerse

*** El periodismo upatense comienza durante la segunda mitad del siglo XIX, cuando en 1857, el preocupado caballero cumanés Pedro Cova, introduce la imprenta en la Villa de Upata, por lo que agregamos que antes de que Upata cumpliera cien años de fundada, este poderoso instrumento llamado “la artillería del pensamiento” por El Libertador, Simón Bolívar, ya había penetrado hacia el interior de los pueblos ubicados al sur del Río Orinoco, permitiendo la difusión de  mensajes orientadores y civilizadores.



Omar Vidal.-
Ciudad Orinoco
Upata/Bolívar.- La historia de periodismos en Upata nace para  1858; los upatenses de la época tuvieron la oportunidad de leer su primer periódico impreso en el Valle del Yocoima: El Guaica, nombre de una de las tribus indígenas de la región guayanesa. Fue el mismo Pedro Cova, conocedor de las técnicas tipográficas, quien dirigió la redacción e impresión del naciente periódico en donde participaron intelectuales venidos de las tierras de Manzanares y habitantes nativos, herederos de las habilidades impresoras aprendidas de sus antecesores europeos.

Desde 1858, año de la publicación de El Guaica hasta bien entrado el año de 1942, el Valle del Yocoima, vio la impresión de más de treinta medio impresos de diferentes tamaños y formatos como se evidencia a través del rescate que ha venido realizando desde 1974 aproximadamente. Todos los periódicos editados en la vieja Villa de Upata, recogían noticias relacionadas con los círculos sociales y culturales de la señorial, culta y apacible población upatense de ese tiempo.
 Las páginas del quincenario Espartaco, editado en 1916, pudimos leer en un ejemplar de ese año, las noticias referentes al carnaval de la época, la elección de Elvira Fernández, moza con 22 años, de gran belleza, como Reina de aquellas festividades. Esta honorable dama upatense falleció el 25 de Enero de 1981 en la ciudad de Caracas a la edad de 87 años, después de haber vivido larga vida, habiendo dado muchos hijos  que han servido a la Patria en diferentes cargos públicos.
 Aquellos incipientes medios impresos eran periódicos de intereses generales y expresa Eduardo Oxford López que “no siempre pudieron defenderse esos intereses generales por más patriótico y resaltante que resultase el esfuerzo”, porque ayer como hoy, tanto los medios de comunicación social como los periodistas reciben constantes atropellos en el ejercicio de su noble labor informativa.
Periódico El Alba
El primer número del periódico El Alba salió a circulación, el día 15 de Febrero de 1922 hasta el año 1942, cuando cesó la publicación del pequeño medio impreso, debido a que la antigua imprenta marca Washington, ya era infuncional desde el punto de vista técnico y fue abandonada en uno de los salones de baile de las históricas y añejas casonas upatense, donde estaba ubicado el taller tipográfico.

Ya para ese año de 1892, la Villa de Upata, se había desprendido del Territorio Federal Yuruary, cuya capital era el pueblo de Guasipati. Cuando el periódico El Alba, se editaba, Upata era la capital del Distrito Piar, denominado así en 1907, por la Presidencia del Estado Bolívar, como se le decía  entonces a la actual Gobernación.

La Villa de Upata estaba adscrita a lo que hoy se conoce como el estado Bolívar, que antes de 1907, se llamaba Estado Soberano de Guayana. El taller tipográfico estaba situado en la actual Calle Sucre, en la vieja casona que fuera propiedad de Don Pedro José Fernández, llamado cariñosamente Perucho Fernández.

Época
Ubicamos la publicación del periódico El Alba, en el Siglo XX, exactamente en el año de 1922 y sus ediciones regulares se prolongaron hasta finales del año 1922, con una duración de 20 años aproximadamente, tiempo suficientemente para que el periódico tuviera madurez y estabilidad económica, no obstante, las condiciones políticas imperantes en Venezuela, llevaban al traste a cualquier medio impreso.

Se puede señalar que el periódico El Alba, vivió una época dorada, ya que era el tiempo en que había una gran bulla aurífera en la población minera de El Callao y en Upata, existía un elevado movimiento artístico, literario, cultural y periodístico por todas partes, por la influencia que había ejercido la traída de la Imprenta a la Villa de Upata en 1857 por el caballero cumanés Pedro Cova, cuya vida ya se reseñó brevemente.

Tipología mediática y  proceso comunicacional
El periódico El Alba, a pesar de haber sido fundado, dirigida, redactado y administrado por dos Hermanas de excepcional belleza física, espiritual y el solo hecho de ser herederas de una inmensa fortuna que le dejó su padre, el General Miguel H. Acevedo, jamás de dedicaron a lanzar campas en contra de grupos económicos, ni culturales ni mucho menos religiosos ni raciales, razón por la cual, se mantuvieron siempre alejadas, de este tipo de discriminación y de peleas pueblerinas, porque eran cultas e inteligentes y habían sido educadas en Trinidad e Inglaterra, donde aprendieron los buenos y mejores modales.

Y porque, por las ramas paternas y maternas, traían, una educación familiar y espiritual, muy fuerte y aferrada a los valores más fundamentales del hombre, como son el respeto a la vida, a los derechos humanos, a la libertad, a la justicia social y sobre a la idea de vivir en democracia y en sana paz ciudadana y pública.

No fueron portadoras de mensajes de odio ni de rencor ni de enfrentamientos estériles como observamos hoy por distintos medios escritos y audiovisuales, ellas supieron darle valor agregado al sagrado ejercicio del periodismo, a pesar de no tener grandes conocimientos en la materia, pero respetaron las fronteras enemigas y los distintos grupos sociales que convivían en la época en la sociedad upatense donde actuaron, por lo que se ganaron el aprecio y la consideración de un conglomerado que después de más de medio siglo, aún son recordadas, por lo que el proceso comunicacional que ejecutaron fue limpio e impecable desde donde el ángulo que pueda ser estudiado y analizado por Cronistas, Historiadores, Sociólogos y estudiosos de la Comunicación Social venezolana.

Para ellas, fue primero el arte, la cultura y la dignidad del ser humano, por eso fue que no tuvieron tropiezos ni enfrentamientos con castas y religiones, ni lanzaban a través del pequeño medio impreso, ni notas mediáticas ni ofensivas ni calumniosas, pero lanzaban un mensaje lleno de paz y armonía entre sus lectores y comunidad en general.

Características
Fue un periódico de medio cuarto de página, equivalente hoy día en el periodismo moderno, al de un periódico Tabloide. Ejemplo: Diario “EL Progreso”, editado actualmente en Ciudad Bolívar; La aparición del periódico era de tipo quincenal y en su cabezal, hacia el lado derecho superior decía: “Circulará quincenalmente y cuando la dirección lo juzgue conveniente”.

Casi en sus 20 años de duración, siempre se ocupó de temas literarios e intereses generales, aunque en muchas ocasiones, su Redactora y Fundadora, se vio en la necesidad de hacer públicas, las denuncias de los abusos que en Upata, cometían algunos Jefes Civiles o Prefectos y que no se ocupaban de atender los problemas comunitarios de mayor necesidad.
Tenía como condicione, el hecho de que se canjeaba con todos los periódicos de Venezuela y fuera de las fronteras venezolanas, y en muchas bibliotecas particulares de familias y Hemerotecas de Europa y de los Estados Unidos de Norteamérica, aún existen ejemplares de tan importante medio impreso upatense.

Llegó a publicar avisos comerciales y remitidos a precios convencionales entre los anunciantes y sus Administradores. Este periódico de aparición quincenal, llegó a tener apenas  Cuatro (4) páginas, incluyendo la portada, dos páginas interiores y la contraportada, por lo que no era preciso numerarlas, como se hace en la actualidad, con los periódicos modernos. En la parte central superior de la portada, lleva el cabezal del periódico, donde iba el nombre de El Alba, y hacia los lados, llevaba un pequeño aviso comercial, como también, los tienen hoy día los periódicos venezolanos.

El periódico en sus escritos, trabajos y publicaciones, siempre mantuvo una excepcional calidad en sus creaciones y redacciones, debido a que en Upata, existió una constelación de excelentes y finos escritores que le dieron el título a Upata, de la Atenas del Sur y oriente de Venezuela  en sus publicaciones, según, los análisis del ejemplar analizado.
En el periódico El Alba, se publicaban los escritos y las investigaciones, mas que todo de tipo artístico y literario de aquel vasto movimiento de literatos que llegó a tener la Villa de Upata desde 1857 hasta bien entrada la década de 1950, gracias a la imprenta que trajo a Upata, Don Pedro Cova y las que trajeron en años siguientes.

Todo periódico, siempre tiene un argumento que contar para sus lectores. El caso que nos ocupa, es que El Alba, incluyó entre sus argumentos, la parte artística, literaria y la minera, porque mucha gente que pasaba hacia El Callao, cuando estaba el auge aurífero pasaba por Upata, y al tiempo que algunos eran poetas y se inspiraban con la belleza de la mujer upatense, también, insertaban en las páginas del periódico, los avisos y denuncios de bullas auríferas que se emplea mucho para la época.

El periódico tiene una rica y valiosa historia para la ciudad de Upata, la cual llegó a disponer de alrededor de unos 33 pequeños medios impresos, todos con fines literarios y culturales. El Alba forma parte de esa herencia que dejaron nuestros antepasados y en la actualidad, el Cronista de Upata, Lic. Pedro Quijada Marcó, tiene algunos ejemplares en su Hemeroteca particular.

Historia de Vida
Sobre la historia de la vida del periódico El Alba, se puede explicar que salió a circulación, por una cadena herencia de la Familia Acevedo, quienes habían a su vez, heredado esta vocación periodística, de sus ancestros españoles, cuando llegaron a la Villa de Upata a establecer las bases firmes y sólidas de esta comarca guayanesa.

Es bien sabido en Upata, que el General Miguel H. Acevedo, había adquirido una antigua imprenta en Cumaná y a lomo de mulas, fue traída hasta Upata, donde empezó a trajinar el arte periodístico, el cual, después de su muerte, fue heredada por sus hijas, las poetisas Anita y Enriqueta Acevedo Castro, quienes, siguieron sus luchas sociales y su inspiración poética.

Las hermanas Acevedo Castro, aferradas a su tierra natal, de donde nunca salieron, solo cuando fue preciso viajar a Caracas o Europa, (descendían de un próspero empresario ganadero), por razones de salud o de turismo, decidieron fundar un medio impreso y le colocaron el atractivo nombre de El Alba, como quien dice, el que alumbra, el amanecer de un nuevo día con sus noticias, anuncios y avisos comerciales, mineros y luctuosos, etc.
Ellas disponían de valiosos recursos económicos que habían heredado de sus padres, los conocimientos tipográficos porque crecieron cuando su padre, estaba al frente de la imprenta, con otros periódicos de las mismas características del que ella fundó.

Pero no disponían de los suficientes recursos técnicos que habían en Europa y los Estados Unidos, tales como tinta, papel y piezas, que facilitaron el proceso comunicacional, ya que en más de una ocasión, el periódico, se vio en la imperiosas necesidad de paralizar sus actividades por fallas técnicas y era dificultoso viajar hasta Europa, a través del Orinoco, vía Trinidad en los antiguos vapores de chapaletas que tantas veces cruzaron las aguas orinoquenses.


Las ideas y el proyecto que ellas tenían, no era más que el de la difusión de la cultura y del quehacer artístico que promovían los hombres y las mujeres de la Upata de 1922 hasta 1942, porque nunca incursionaron en la política de turno, ni tampoco sufrieron los atropellos de los gobernantes de la época.(O/V CNP: 18.407)

11 五月, 2017

Instituto de Altos Estudios Confuncio inició clases en Venezuela

Estudiantes venezolanos y docentes chinos que hace vida universitaria en el Instituto Confucio sede Caracas Venezuela